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José Antonio Campuzano
Datos de
José Antonio Campuzano
Tiene piel trigueña y un corazón sonriente. Es rico como la selva en las lluvias y arisco como los montes en enero. Es correcto como el mediodía o desatado como el mar en la noche. Da la sensación de que José Antonio Campuzano tiene horror al sosiego, a las horas sordomudas de la tranquilidad, al silencio blanco de la vida lenta. Tiene miedo a pararse, porque pararse es la muerte para quien sólo vive de verdad gracias a su profesión.
“Es que el toro es mi vida. Tengo una familia maravillosa, tengo amigos, pero nada comparable a lo que me ha dado y me ha hecho sentir el toro. Ha habido tres divisas clave en mi carrera: Miura, Pablo Romero y Victorino Martín. Pero quizá haya sido éste último el que me haya inspirado más confianza. Me refiero al hecho de que siempre que me ha dicho que uno de sus ejemplares iba a embestir, no fallaba. Me daba todo tipo de referencias, pelos y señales de la reata, de su comportamiento... y acertaba siempre. Y eso es de agradecer.
No es nada sencillo conocer al toro bravo y aunque hay en España ganaderos de mucho prestigio y solera , no todos saben ver el toro como Victorino. La verdad es que yo le admiro mucho. Le conozco hace muchísimo tiempo y él ha sabido mantenerse más estable que el dólar, con más votos que un político y con más regate que Maradona. El sabe lo que tiene, lo que quiere y dónde va. Y eso no es fácil. Cualquiera que esté en este mundo lo sabe”.
Cuesta imaginar que a José Antonio Campuzano le duelan el aire y la tierra que pisa, el sol del amanecer, la cuenca de sus ojos. Cuesta imaginar que le duela como un vértigo el recuerdo, y como la peor amenaza el futuro.
“A veces creo que me voy a morir de nostalgia. Yo no tengo palabras para explicar cómo te hace disfrutar el toro de Victorino. No se explicar cómo sabe ese triunfo, esa cornada o cómo huele esa tarde que uno está anunciado con una divisa de tanto respeto como ésta. Tengo tantas faenas en mi retina y en mi corazón que es cómo si ahora mismo estuviera toreando y triunfando con los victorinos. Siempre que recuerdo esas faenas me emociono porque son muchos sentimientos los que me inundan y sueño con volver a repetirlos en una plaza”.
Tal vez de su apellido artístico- Campuzano- o tal vez de los obstáculos José Antonio sacó siempre un pensamiento delicado o una gran faena, como los buenos poetas a quienes la tiranía de la rima obliga a encontrar máximas bellezas.
Marisa Arcas